lunes, 30 de julio de 2012

FLUIDOTERAPIA EN PACIENTES CRITICOS


El agua resulta esencial para la sobrevida, mantenimiento y funcionamiento del organismo, por lo que en pacientes en condición crítica la terapia con fluidos es la piedra angular en el tratamiento de aquellos pacientes severamente deshidratados.

La terapia de fluidos permite tratar la deshidratación, la hipovolemia, los trastornos electrolíticos y algunas anormalidades de medio interno. Por medio de esta terapia se permite corregir el intercambio de agua desde el espacio vascular al espacio intersticial, la regulación de la presión sanguínea
y la hemodinamia en general, el equilibrio de electrolitos, pH sanguíneotisular, e incluso regular la temperatura corporal.

En la actualidad existe una gama y variedad enorme de fluidos a disposición de los clínicos, como también existe una gran gama de recomendaciones para efectuar la terapia de fluidos, tanto como en el tipo de fluido, el volumen a administrar, la velocidad de administración e incluso la vía de administración. Como regla general se recomienda hoy día realizar una terapia de fluidos individual basada en reglas generales, para luego monitorear cuidadosamente la evolución y respuesta del paciente a esa
terapia. En este apunte se aborda algunas de esas reglas generales en
relación a cuadros específicos que requieren terapia de fluidos como una
parte fundamental de la terapia medica.

Tipos de fluidos:

Los fluidos pueden clasificarse en cristaloides y coloides. En términos generales, las soluciones cristaloides contienen electrolitos capaces de entrar a todos los compartimentos corporales (vascular, intersticial e intracelular). Las soluciones coloidales contienen sustancias de alto peso molecular, que quedan restringidas al compartimento vascular; tienen influencia osmótica, lo que se traduce en entrada de agua a la red vascular, y consecuentemente, aumento de la presión y volemia.


Los coloides son los fluidos de elección, para ser administrados en shock hipotensivo, y en casos de severa hipoalbuminemia (< 1,5 g/dl). Dentro de las sustancias coloidales, las más utilizadas son: plasma (plasma congelado o plasma fresco congelado), gelatinas (Haemacell) y polisacáridos
(Dextran 40, Dextran 70, Hetastarch).
En nuestra práctica diaria, debemos tratar pacientes con distintos cuadros clínicos, que presentan necesidades individuales de reposición de fluidos. A continuación detallo brevemente, los sueros cristaloides de elección en el tratamiento de los principales signos y cuadros clínicos a los que nos vemos enfrentados.

Fluidoterapia en Enfermedades Gastrointestinales:


El tracto gastrointestinal es de vital importancia en la mantención del normal balance de fluidos y electrolitos corporales. Aproximadamente el 75% de los fluidos que ingresan al tracto gastrointestinal (GI) se derivan de secreciones gastrointestinales, más que de la ingesta diaria. Por lo tanto, cualquier patología del tracto digestivo que involucre la pérdida o secuestro de fluidos ricos en electrolitos, alterará rápidamente el balance corporal.

Vómitos:
Las consecuencias metabólicas varían dependiendo del volumen y composición de los fluidos eliminados, y de la frecuencia de su presentación. Usualmente, vómitos leves-moderados, de corta duración no producen
desbalances de ácido-base y/o electrolíticos importantes. La principal y más frecuente anormalidad, es la deshidratación debida a la pérdida de grandes volúmenes de fluidos; y a la incapacidad de beber agua en cantidad suficiente, para suplir las necesidades de mantención.

La hipokalemia es una de las anormalidades electrolíticas más importantes frente a vómitos severos y frecuentes, debido a que las secreciones gástricas son ricas en potasio (10-20 mEq/lt.).
Este cuadro puede verse agravado por anorexia (no ingesta de potasio), y por mecanismos renales que tienden a revertir la deshidratación. Por ejemplo: la aldosterona, liberada en respuesta a la deplesión de volumen, actúa sobre el túbulo distal promoviendo la reabsorción de sodio (intercambiándolo por potasio).

Hipocloremia ocurre secundario a vómitos, por la pérdida directa de secreciones ricas en cloro. Una severa hipokalemia, puede exacerbar la hipocloremia, debido a la reducción en la reabsorción de fosfato, a nivel del

túbulo distal.

Hiponatremia podría producirse, en forma secundaria, a la liberación de hormona antidiurética, la cual produce un aumento en la reabsorción de agua en los ductos colectores. El reemplazo de los déficits de fluidos, por agua de bebida (libre de electrolitos) puede aumenta la hiponatremia.
Los desbalances ácido-base que se producen en forma secundaria a
vómitos persistentes, pueden manifestarse como alcalosis metabólica o
acidosis metabólica.

La alcalosis metabólica se debería a la pérdida neta de ácido clorhídrico, y sería la consecuencia metabólica, teóricamente, más lógica. Sin embargo, lo más frecuente de observar es acidosis metabólica, debido
a una pérdida de iones bicarbonato (contenido duodenal), deshidratación, azotemia pre-renal y acidosis láctica (asociada a hipoperfusión e hipoxia). Para la elección de un suero a administrar, lo ideal sería medir las concentraciones séricas de potasio, sodio, cloro, pH, presión de dióxido de carbono (PCO2). En ausencia de esta información, los sueros de elección frente a vómitos profusos y frecuentes, son sueros Ringer-Lactato y Poliiónico; principalmente por suplir potasio.

Diarrea:
En cuadros de diarrea, el volumen fecal, tipo de electrolitos y alteraciones ácido-base, están influenciados por la duración, severidad y mecanismos que producen la diarrea. La deshidratación es una de las complicaciones metabólicas más frecuentes, y puede incluso llevar a falla circulatoria, shock y muerte. Los
mecanismos fisiopatológicos de la diarrea, influyen en el tipo de desbalance electrolítico. Por ejemplo, hipernatremia es más probable en cuadros de diarrea osmótica, más que secretoria.
La diarrea secretoria (por enterotoxinas bacterianas) se asocia a pérdidas isotónicas de volumen (sodio y potasio principalmente).


En diarrea osmótica, además del sodio, otros solutos atrapan agua en las fecas. Una desproporcionada pérdida de agua, con relación al sodio, puede producir hipernatremia. Las diarreas secretorias producen mayores pérdidas de fluidos y electrolitos, comparadas con otros tipos de diarrea.
Independientemente del tipo de diarrea, la hipokalemia es el disturbio electrolítico más común; por lo tanto los fluidos de elección son Ringer Lactato y Poliiónico.

Pancreatitis aguda:
Los desbalances electrolíticos presentes en cuadros de pancreatitis aguda se atribuyen a pérdidas asociadas a vómitos y secuestro de fluidos en las asas intestinales. Puede producirse hipokalemia e hiponatremia, e incluso en algunos casos, hipocalcemia leve o moderada.
El fluido de elección, en el tratamiento de pancreatitis aguda, es Ringer-Lactato porque proporciona ambos electrolitos y además, es un agente alcalinizante.

Insuficiencia hepática (aguda y crónica):
En falla hepática aguda, las concentraciones séricas de electrolitos tienden a mantenerse en rangos normales. En falla hepática crónica las alteraciones más comunes son hipokalemia e hipernatremia.
Los sueros de elección son isotónicos y limitados en el contenido de lactato. Es recomendable la suplementación con cloruro de potasio (20 - 30 mEq/lt), especialmente en los cuadros crónicos. Mantener los niveles de potasio dentro de los valores normales, contribuye a evitar la encefalopatía hepática; y especialmente en el caso de los gatos, las miopatías.
Es muy importante utilizar sueros glucosados (5% y/o 10%) para minimizar el trabajo hepático, con relación al metabolismo energético. En algunos casos puede presentarse hipoglicemia como reflejo de sepsis,
endotoxemia y/o incapacidad de movilizar reservas hepáticas de glicógeno.

Insuficiencia Renal Aguda o Crónica descompensada:

Aunque no es un signo patognomónico, los pacientes que cursan con daño renal masivo agudo o reagudizado, presentan anuria u oliguria. El realizar fluidoterapia adecuada y agresiva, además de intentar revertir el cuadro, en muchas ocasiones ayuda a diferenciar pacientes con falla prerenal (Ej deshidratación o hipotensión severa). Ante la posibilidad de que el paciente anúrico u oligúrico, presente hipernatremia concomitante, el suero de elección es el glucosalino (glucosa 2,5% y cloruro de sodio 0,45%), a un ritmo de 90 ml/kg/hr. Si es posible no utilice sueros Ringer-Lactato o Poliiónico, debido a que ambos contienen
potasio, y frecuentemente este tipo de pacientes presentan hiperkalemia. El paciente debe ser monitoreado constantemente, especialmente en su capacidad de producir orina. Lo anterior, con el objeto de evitar
sobrehidratación, edema pulmonar y sobrecarga cardíaca. Para cuantificar la producción de orina, inserte una sonda uretral y considere oliguria si la producción de orina es < 0.25 ml/kg/hr.

Si no se verifica micción dentro de la primera hora de rehidratación agresiva, emple diuréticos del tipo Furosemida (2 - 6 mg/kg/8 hrs) vía endovenosa. Si el paciente no aumenta su producción de orina por sobre los 2 ml/kg/hr; considere la administración conjunta de furosemida y dopamina.
La dosis de dopamina recomendada es de 5 ug/kg/min vía endovenosa. Al diluir 250 mg de dopamina en 500 ml de suero, se obtiene una concentración de 50 ug/ml, es decir la dosis para un paciente de 10 Kg de peso, en cada ml de suero que se administre. Ahora sólo restará, dependiendo del equipo de infusión utilizado (adulto o pediátrico), calcular el número de gotas que equivalen a 1 ml, e infundirlo en un minuto. Teniendo clara nuestra elección del suero a administrar a un paciente específico, en base a la fisiopatología de la enfermedad que presenta, debemos calcular la cantidad, frecuencia y velocidad de su administración.
Para calcular la cantidad diaria de fluidos que debe administrar a su
paciente considere: Porcentaje de deshidratación clínica:



Porcentaje Signos Clínicos
deshidratación
< 5 % No detectable
5 – 6 % Leve pérdida de elasticidad cutánea
6 – 8 % Claro retardo en el retorno del pliegue cutáneo

Leve aumento del tiempo de llene capilar
Ojos levemente hundidos en sus órbitas
Mucosas pueden estar secas
10 – 12 % Pliegue cutáneo no retorna a su posición

Marcado retardo en el tiempo de llene capilar
Ojos claramente hundidos en sus órbitas

Mucosas secas
Probables signos de shock (taquicardia, extremidades
frías, pulso rápido y leve)
12 – 15 % Signos marcados de shock
Muerte inminente



A) Deshidratación: Para calcular la cantidad de fluidos a reponer por concepto de deshidratación (reposición de pérdidas) aplique la siguiente fórmula:
% de deshidratación X Peso Paciente (kg) = litros
B) Mantención: Para el cálculo de los fluidos de mantención, que deben ser
suministrados diariamente, considere: 40 - 60 ml/kg/día
, asumiendo el valor inferior en pacientes adultos y de talla grande, y el
valor superior en cachorros y animales pequeños.
C) Pérdidas: Idealmente, para calcular la cantidad de fluidos a reponer por
concepto de pérdidas (Ej vómitos, diarrea, micción, etc.), estos debieran ser
medidos por algún sistema estandarizado. Un buen método, es cubrir el piso
de la jaula con material absorbente y al momento de cambiarlo, pesarlo
para calcular, en forma aproximada el volumen de pérdidas. De no ser
posible lo anterior, se puede asumir una pérdida promedio de 30 - 40
ml/kg/día.
Resumiendo, para calcular la cantidad total de fluidos a administrar a un
paciente, debemos sumar la cantidad de fluidos a reponer por concepto de
deshidratación que presenta, mantención y pérdidas. Posteriormente, en
forma diaria, será necesario reevaluar el grado de deshidratación clínica y
pérdidas, para modificar la cantidad de fluidos a entregar.
Cuando ya hemos calculado el volumen total de líquidos a reponer,
durante el primer día de tratamiento, debemos calcular la velocidad de
administración de estos fluidos en 24 horas. En el caso de un paciente en
estado de shock, la velocidad de administración de fluidos puede ser tan
rápida como 80 - 90 ml/kg/hora (perros) y 50 - 55 ml/kg/hora (gatos).
Sin embargo, en pacientes más estables la velocidad de infusión debe ser
menor para permitir una adecuada redistribución del líquido suministrado.
En promedio, la velocidad de administración de cristaloides ideal es 30 -
40 ml/kg/hora.

Los equipos de infusión de sueros, que se comercializan en nuestro país,
son de uso humano y tienen dos presentaciones:
- adulto: 10 - 20 gotas equivalen a 1 ml

- pediátrico: 60 gotas equivalen a 1 ml
En el Hospital de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad
de Chile, utilizamos los equipos de infusión pediátricos en la fluidoterapia de
gatos y perros < de 10 Kg de peso; y en forma obligatoria, en la
fluidoterapia de cachorros felinos y caninos.
Para llevar un buen control de los fluidos administrados y evitar errores
de sub o sobredosificación, es necesario realizar los cálculos de los fluidos a
administrar diariamente, expresando esa cantidad en ml/día; ml/hora y
gotas/minuto. Esto que pareciera ser engorroso inicialmente, con la práctica
se hace más fácil de calcular y les evitará el riesgo de producir edema
pulmonar por una administración excesiva y/o a alta velocidad; o en el caso
contrario, retardar el efecto terapeútico de la fluidoterapia, por una
subestimación de ella.
Una buena forma de controlar la velocidad de infusión es colocar una
cinta de papel adhesivo en la botella de suero, y marcar en ella la cantidad
de suero que debe ingresar cada 30 minutos o 60 minutos.
En la administración constante y frecuente de fluidos, es ideal la
utilización de bránulas intravenosas. Si estos dispositivos son
adecuadamente insertos y controlados pueden permanecer viables hasta por
tres días. Para lograr esto es conveniente revisar, al menos 3 veces al día,
los vendajes y la presencia de edema subcutáneo.
Para mantener la permeabilidad del catéter, este debe ser lavado con
una solución de heparina (1.000 UI/250 - 500 ml de suero fisiológico) 2 a 3
veces al día.










domingo, 29 de julio de 2012

Cáncer de mama y embarazo


Concepto
Se considera cáncer de mama y embarazo aquel que se diagnostica durante el mismo o en el año siguiente al parto.

Incidencia
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), alrededor del 9 % de las mujeres desarrollarán un cáncer de mama a lo largo de su vida, lo que convierte a este tipo de cáncer en uno de los más frecuentes en este segmento de la población, donde se diagnostican más de 1 000 000 nuevos casos en el mundo. Estudios internacionales demuestran que el cáncer de mama es la primera enfermedad maligna que afecta a la mujer después de los 25 años.6,7 En Cuba, constituye la primera causa de incidencia de cáncer en la mujer, se notifican cada año como promedio 2100-2200 casos nuevos.8
El 13 % de los cánceres en la mujer se diagnostican durante la edad reproductiva, el cáncer de mama se presenta en uno de cada 1000 a 3000 embarazos, entre 1 y 3 % de los cánceres de mama son diagnosticados durante la gestación o el puerperio,3,9,10 con un rango de edad de aproximadamente 32-38 años. Según estos datos se estima entre 17 y 52 pacientes con cáncer de mama y embarazo anual que no se registran en nuestro país. Esta asociación tiene cada vez más importancia en el mundo pues existe un aumento progresivo en la incidencia de cáncer de mama y embarazo en mujeres entre 30 y 40 años. Aproximadamente, el 11 % de la población femenina cubana se encuentra en ese rango de edad.4,5,8

Historia natural
Las hormonas desempeñan un papel fundamental en la etiología del cáncer de mama; se plantea que la exposición a altos niveles hormonales, como ocurre en el embarazo, puede afectar al tejido mamario y aumentar el riesgo de malignidad. Durante esta etapa en la vida de la mujer el riesgo de estimulación y crecimiento de un tumor está incrementado como consecuencia del medio hormonal: estrógenos, progesterona, hormona del crecimiento y otos factores de crecimiento tumoral como la insulina están elevados. Todos estos receptores hormonales están presentes en las células de un tumor de mama, pero sólo el estado hormonal no justifica la aparición de un cáncer de mama durante el embarazo, sino cuando se asocia a mujeres que tienen su primer embarazo después de los 35 años.2,5,11
Está bien establecido que en las mujeres con un primer embarazo en edad temprana el riesgo de cáncer de mama disminuye, pero no hay consenso en cuanto a los embarazos ulteriores. En las mujeres de mayor edad hay un gran aumento del riesgo de cáncer de mama en el momento de su primer embarazo,5,11,12 puede suponerse que es una consecuencia de que el parénquima mamario estuvo expuesto a estimulación carcinogénica durante un tiempo prolongado antes de ese embarazo.

Biología e historia natural

El conocimiento de la biología del tumor permite establecer estrategias terapéuticas y pronóstico. El análisis del tumor por métodos inmunocitoquímicos es más sensible y ofrece las características biológicas de estos,5,10 permite establecer la historia natural y determinar la agresividad del mismo, de esta forma se plantea que el cáncer de mama relacionado con el embarazo tiene las siguientes características:

RE positivo 28-58 %. p53 positiva (>10 %) 28 %.
 RP positivo 24 %. Ki-67-bajo (>10 %) 24 %.
 RE-RP positivo 16 %. Ki-67-intermedio (10 % a 35 %) 16 %.
HER-2 positivo 28 %. Ki-67-alto (>35 %).

(RE: receptor de estrógenos; RP: de progesterona; RE-RP: receptor de estrógeno-progesterona, HER-2: receptores tirosina-quinasa; p53: proteína 53; ki-67: marcador de proliferación del tumor).

El HER2/neu y p53 así como los RE negativos están normalmente asociados con la agresividad del tumor.

El cáncer de mama HER2 positivo se caracteriza por una mayor cantidad de la proteína HER2 en la superficie de las células tumorales, hecho que se denomina “positividad HER2” o sobre expresión de HER2.
Esta condición se asocia a una forma especialmente agresiva de la enfermedad que responde mal a la quimioterapia. Un Ki alto y una p53 constituyen marcadores que reflejan una alta proliferación del tumor.

No está demostrado el valor real de RE negativo pues pudiera estar en relación con los niveles elevados de estrógeno por el embarazo. Los efectos de las mutaciones en los genes BRCA1 y BRCA2 sobre la incidencia de cáncer de mama y embarazo no están claros, pero las pacientes con estas mutaciones pudieran tener un riesgo incrementado cuando se embarazan.5,11,13

Manejo terapéutico
El tratamiento del cáncer de mama asociado con la gestación debe seguir los mismos criterios que en el resto de las mujeres con cáncer de mama.10,14 Para tratar estas pacientes de forma adecuada es necesario un diagnóstico y estadiamiento correctos.

Diagnóstico
La primera visita obstétrica es de gran importancia, pues luego el examen físico se dificulta con los cambios fisiológicos de la mama durante el desarrollo del embarazo. Se realizará segundo examen de mama en la semana 30, un tercer, cuarto examen a los 3 y 6 meses del parto respectivamente y por último al año de parida.3,9,12 Cuando se encuentra una anomalía, se recomienda que los obstetras busquen la ayuda de especialistas que habitualmente manejen la patología mamaria.

Exámenes complementarios específicos de la mama:
• Ultrasonido: Se realiza ante un examen físico o un interrogatorio positivo, es la técnica por imágenes de elección por su seguridad, incouidad y alta sensibilidad (93 % de sensibilidad).1,2,9,11 Permite estudiar dimensiones y estructura de la tumoración encontrada (sólido, quístico, mixto).


• Mamografía: Raramente debe ser necesaria en la investigación de cáncer de mama en la mujer embarazada. Tiene una utilidad relativa (68 % de sensibilidad), pero si existe un US positivo o fuerte sospecha clínica de cáncer de mama, se indica en busca de microcalcificaciones y masas o multicentricidad.1,2,11,12 Se realiza con protección abdominal. Se ha estimado que una mamografía estándar con dos vistas de cada mama somete al feto a sólo 4-5 mGy de radiación, bien por debajo de los 10 rad (100 mGy), considerado como nivel de daño fetal, pero el aumento en la densidad de la mama en mujeres premenopáusicas, junto a los cambios fisiológicos que ocurren en la mama durante el embarazo, hacen que la mamografía sea difícil de interpretar y la sensibilidad sea baja.10,15
• Citología y biopsia: Están indicadas para complementar el estudio de un nódulo palpable. Con estas técnicas se ha identificado que entre un 40 % y un 84 % de las pacientes presentan tumores pobremente diferenciados y un 56-67 % de ganglios linfáticos positivos, entre el 54 y el 80 % de los cánceres de mama y embarazo son RE-negativos,3,11debido a la alta concentración de estrógeno sérico relacionado con el embarazo y la unión de estos al receptor. Sin embargo, los análisis de receptores enzimáticos inmunocitoquímicos son más sensibles,3,5 pues no dependen de los niveles circulantes de hormona. Cualquier estudio cito-patológico practicado a una mujer con cáncer de mama y embarazo implica un riesgo de formación de una fístula láctea, mayores posibilidades de sangrar o de infección. La punción aspirativa con aguja fina es menos específica1,2,3 que en las no embarazadas. Se prefiere practicarla con aguja gruesa bajo visión por imágenes para determinar RE, expresión de HER2 y tipo histológico. Para realizar una biopsia durante la lactancia, se suspende primero esta con vendaje compresivo y bromocriptina. En mastitis y abscesos de la mama se debe tomar biopsia o estudio citológico para evitar que pase por alto una lesión maligna. La confirmación histológica es obligatoria. Si se palpa una masa puede practicarse una biopsia abierta.

Estadificación
Es indispensable para un tratamiento adecuado. Las radiaciones ionizantes representan un riesgo potencial al feto. Las consecuencias de la exposición prenatal a la radiación dependen de la dosis de radiación, su distribución y la edad gestacional en el momento de la exposición.10 Durante la organogénesis (hasta las 8 semanas) puede llevar al embrión a la muerte y el feto es más sensible a las malformaciones inducidas por radiaciones, las cuales pueden ocurrir con exposición a más de 0,05 Gy. Cuando tiene entre 8-15 semanas con un umbral entre 0,06-0,31 Gy, existe riesgo de retraso mental severo, microcefalia y crecimiento intrauterino retardado, entre 16-25 semanas el riesgo ocurre a 0,28 Gy. Se ha estimado que la tomografía computarizada (TAC) para examinar el hígado y la pelvis puede exponer al feto a dosis medias de 0,0036 y 0,089 Gy, respectivamente. Por consiguiente, la TAC normalmente debe ser evitada, se recomienda evitar la RMN durante el primer trimestre hasta que exista más información disponible,2,10 el agente de contraste gadolinium debe evitarse pues atraviesa la barrera placentaria. Es importante resaltar que sólo deben usarse tales investigaciones donde un resultado positivo pudiera alterar o variar el manejo o la conducta inmediata de la paciente.

En relación con los estudios imagenológicos, pudiera resumirse su indicación de la siguiente forma:




• Rx de tórax con protección abdominal, en el tercer trimestre puede realizarse sin esta. Las dosis de exposición del feto son menores que las descritas anteriormente
• Ecografía y RMN de pelvis para buscar metástasis a ese nivel.
• RMN cerebral para detectar metástasis en esta localización.
• No se recomienda la ganmagrafia ósea, pues sólo es positiva en el 3-27 % de los estadíos I, II y III, además generalmente no modifica la conducta.
Luego de todos los exámenes anteriores, se procederá a estadiar el paciente por el Sistema de clasificación TNM y el agrupamiento por estadíos más vigente de la AJCC del 2002.

Tratamiento
Pueden plantearse los siguientes principios generales para el tratamiento del carcinoma de la mama:
1. No debe iniciarse el tratamiento oncoespecífico hasta que exista la confirmación histológica, o al menos, citológica, de carcinoma mamario y hasta que no se haya completado el estadiamiento del caso.
2. El tratamiento se realizará en estrecha coordinación con el paciente y bajo su pleno consentimiento.
3. El tiempo transcurrido entre la primera consulta en el centro y el inicio del tratamiento no debe exceder las 3 (tres) semanas, si desde el punto de vista obstétrico es posible.
La calidad del tratamiento es mayor cuando las pacientes con esta afección se tratan por un grupo cooperativo interdisciplinario, que incluya ginecólogo-obstetra, oncólogo, imagenólogo, patólogo, entre otros.

Cirugía: Es comúnmente considerado el primer tratamiento para las pacientes con cáncer de mama. La mastectomía radical modificada es la técnica utilizada por la mayoría de los autores, por la necesidad de posponer la radioterapia hasta después del parto. La anestesia general con adecuada posición materna, oxigenación y monitorización fetal, es segura. Se podría realizar cirugía conservadora, si el cáncer se diagnostica en el tercer trimestre.14 La tumorectomía y linfadenectomía seguida de quimioterapia y administrar la radioterapia después del parto sería la conducta para ese caso. EL estudio del ganglio centinela y su seguridad en las pacientes embarazadas no es conocida.5,16
Radioterapia: La radioterapia adyuvante, normalmente se pospone hasta después del parto,5 pues la dosis estándar de aplicación es 5000 cGy, y con esta el feto siempre recibe radiaciones mayores que su tolerancia en cualquier trimestre. Desafortunadamente, retrasos en la radioterapia adyuvante que excede 8 semanas en mujeres que no reciben la terapia sistémica pueden cambiar o afectar los resultados maternos.
Quimioterapia: Los efectos de la quimioterapia sobre la madre y los cambios fisiológicos observados en el embarazo pueden alterar la farmacocinética y la farmacodinámica de la quimioterapia en la gestante, ocurren alteraciones en el metabolismo hepático, el flujo plasmático renal y la unión a proteínas plasmáticas todos



sábado, 28 de julio de 2012

DISPOSICIÓN DE SERVICIOS Y UNIDADES PARA LA ATENCIÓN



Las funciones obstétricas y neonatales (FON) son las actividades que están relacionadas con la identificación, atención, seguimiento y cuidado en el proceso de la gestación, parto, puerperio y recién nacido, de acuerdo con el nivel de complejidad del establecimiento de salud y de acuerdo con el rol que cumplen en el sistema de salud local.

Los establecimientos según “funciones” están divididos en cuatro niveles:

  • Función obstétrica y neonatal primaria (FONP): centros y puestos de salud. 
  • Función obstétrica y neonatal básica (FONB): centros maternos infantiles. 
  • Función obstétrica y neonatal esencial (FONE): hospitales. 
  • Función obstétrica y neonatal intensiva (FONI): hospitales con UCI. 

El Ministerio de Salud busca con el aplicativo FON lograr la capacidad resolutiva adecuada en los establecimientos de salud que cumplen con funciones obstétricas y neonatales primarias (FONP), básicas (FONB) y Esenciales (FONE) (g). Estos establecimientos deben estar preparados para enfrentar un parto inminente, atención del recién nacido; asimismo aptos para realizar la estabilización y referencia de las complicaciones obstétricas y neonatales a un establecimiento de mayor capacidad resolutiva donde puedan solucionar el problema obstétrico y neonatal presentado. Este sistema de referencia y contrarreferencia de atención en salud por nivel de capacidad resolutiva permitirá la disminución de la mortalidad y morbilidad materna, fetal y neonatal, y la efectividad en la distribución del gasto de recursos para enfrentar problemas críticos o de emergencia en la gestante y recién nacido.

La capacidad resolutiva del establecimiento de salud es la facultad del establecimiento de salud en responder de manera integral, oportuna y con calidad a una demanda de atención de salud. En su medición y evaluación se consideran tres parámetros

· Estructura: 
relaciona la variable “recursos” con la variable “funciones obstétricas y neonatales”. Nos da como resultado el porcentaje de recursos con que cuenta el establecimiento, conocido como FON RECURSOS.

· Procesos: 
valoración de los procedimientos realizados en las actividades según las funciones FON. El resultado lo obtenemos como porcentaje de la observación del cumplimiento de los procedimientos, revisión de historia clínica, encuestas rápidas realizadas a la usuaria y proveedor de servicio, conocido con FON PROCEDIMIENTOS.

· Resultados: 
se utiliza indicadores de resultado por cada función obstétrica neonatal, conocidos como FON RESULTADOS. Se obtienen porcentajes de cumplimiento de las actividades que conforman cada FUNCIÓN.