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miércoles, 26 de septiembre de 2012

Estado de conciencia y el examen mental



El estado de conciencia es el conocimiento completo de
sí mismo y del ambiente que lo rodea y se mide por la
manera como se responde a estímulos externos. Se empieza
por preguntarle al paciente su nombre, edad, oficio
actual y anteriores y la fecha actual.
Se distinguen los siguientes estados de conciencia:
1. Alerta: un paciente está en estado de alerta cuando
se muestra como una persona consciente, capaz de entrar
en contacto con su medio externo y consigo mismo.
2. Somnolencia: una persona somnolienta es la que
tiene menos contacto con su medio externo; se despierta
fácilmente con estímulos verbales menores, aunque puede
rechazar o ignorar otros.
3. En este estado el paciente muestra un mayor deterioro
de conciencia y responde únicamente a estímulos
más intensos y repetitivos, como hablarle en voz alta en
forma repetida o dirigirse a él mediante movimientos; en
estos casos la respuesta del paciente puede ser verbal y
los movimientos con los cuales se expresa siempre son
normales.
4. Coma superficial: el paciente en coma superficial
no responde a estímulos verbales y sí a estímulos dolorosos,
con movimiento.
5. Coma profundo: un paciente en este estado no presenta
respuesta frente a un estímulo, sea verbal o doloroso.
Existe una forma práctica de aplicación cada día más
común para cuantificar semiológicamente el estado de
conciencia y para determinar la evolución del compromiso
mental, ya sea hacia la mejoría o hacia el empeoramiento.
La escala de Glasgow permite una cuantificación objetiva
del coma, unifica el lenguaje de los médicos e indica,
según su valor, si el paciente va mejorando o empeorando;
además es un parámetro importante cuando se va a
remitir un paciente.
Su escala va de 3 a 15, valora toda la función neurológica,
evaluando tres esferas claves como la respuesta ocular, la
respuesta motora y la respuesta verbal (véase tabal 1.2).
El examen del estado mental se realiza mediante el
interrogatorio y la conversación durante todo el examen
físico. Su evaluación comprende los siguientes parámetros




atención, conciencia, orientación, memoria, pensamiento.
afectividad, raciocinio, lenguaje y cálculo.
Atención. Se explora como la habilidad de un individuo
para enfocar un estímulo en su ambiente durante
un período de tiempo, por ejemplo, decir al revés los
días de la semana. El paciente normal debe responder en
forma clara.
Conciencia. Se describe el nivel de conciencia: el
paciente normal está alerta. Los estados de somnolencia,
estupor o coma son signos de la enfermedad neurológica.
Orientación. Las esferas clásicamente examinadas son:
persona, tiempo y lugar. “¿Cómo se llama?”, “¿Dónde se
encuentra?”, “¿Qué día es hoy?”
Memoria. Es la habilidad del individuo para recordar
experiencias pasadas y sirve para investigar la amnesia.
Pensamiento. Se refiere a la manera como el individuo
habla y la secuencia lógica de los tópicos expuestos
y dirigidos hacia un objetivo.
Afecto. Es la descripción que hace el individuo de sus
sentimientos y el significado que él les confiere.
Raciocinio. Es el examen del sensorio y del intelecto,
y su actuación a nivel escolar, profesional u ocupacional.
Cálculo. De acuerdo con la escolaridad establezca su
capacidad para el cálculo. Que cuente de tres en tres y de
siete en siete.
Lenguaje. Durante el interrogatorio se observa el flujo
del lenguaje y si la voz es clara y fuerte. Si habla fluido
y articulado con una expresión clara del pensamiento.
Déle órdenes habladas como “párese”, “abra la boca” y
establezca si las comprende. Pruebe lo mismo con órdenes
escritas, por ejemplo, que escriba una frase completa
que tenga sentido y significado.