sábado, 20 de octubre de 2012

SIGNOS DE ALARMA EN EL EMBARAZO


La maternidad es una opción y un compromiso para toda la vida. Es importante que toda mujer embarazada asista periódicamente a sus controles prenatales, como mínimo deben realizarse un control por mes, con el fin de identificar riesgos y prevenir complicaciones obstétricas futuras que puedan presentarse




El embarazo no es una enfermedad y cada organismo reacciona diferente, las mujeres deben cuidar su estado porque existen factores que pueden complicar la gestación y ponen en riesgo la salud de la madre y el niño




EJERCICIOS PARA LOS MÚSCULOS DE LA PELVIS


Los ejercicios de los músculos del piso de la pelvis son parte importante de las técnicas de tratamiento por
modificación de la conducta que contribuyen a aumentar el control de la vejiga urinaria y
disminuir la pérdida de orina.
Estas técnicas requieren de Ud. un esfuerzo consciente y una participación cosistente y/ó rutinaria.


Los ejercicios de los músculos del piso de la pelvis, también llamados ejercicios de Kegel (el nombre deriva
del del Dr. Arnold Kegel) han demostrado ser capaces de mejorar la incontinencia de urgencia o de esfuerzo de grado leve o moderado. Cuando se llevan a cabo en forma correcta, estos ejercicios contribuyen a fortalecer los músculos de la salida de la vejiga.
Por medio de los ejercicios efectuados en forma regular Ud. puede aumentar la fuerza y la resistencia para contribuir a mejorar, recuperar o mantener el control de la vejiga y del intestino.


Los músculos del piso de la pelvis se encuentran en la base de la pelvis, entre el hueso pubis y el coxis.  Estos músculos tiene tres funciones principales:
(1) Contribuyen a sostener el contenido del abdomen y la pelvis;
(2) participan en el control del funcionamiento del intestino y la vejiga.
(3) participan en el acto sexual. A semejanza de los demás músculos del cuerpo, si estos músculos se            debilitan no pueden cumplir su función en forma eficiente.





EJERCICIOS SUGERIDOS 
Hay dos tipos de ejercicios que Ud. debe efectuar para mejorar la continencia.

El primer ejercicio, Tipo 1, 
Afecta la capacidad de los músculos de detener la salida de orina. Consisten en
– lentamente — contraer, elevar y atraer hacia adentro los músculos del piso de la pelvis, y mantenerlos así
mientras se cuenta hasta cinco. Al principio, notará posiblemente que los músculos se niegan a permanecer
contraídos por mucho tiempo.
Es posible que solamente pueda mantener la contracción por 1 ó 2 segundos.
Avance lentamente a lo largo de varias semanas para alcanzar la meta de una contracción de 10 segundos.
Descanse por 10 segundo entre cada contracción.

El segundo ejercicio, Tipo 2, 
Es una contracción rápida. Los músculos se contraen y elevan rápidamente y luego se relajan. Esto ejercita los músculos que detienen rápidamente el flujo de orina (como si fuese
una canilla) para evitar accidentes.



Ahora estamos listos para comenzar:
1. Recuerde que es importante ejercitar
solamente los músculos del piso de la pelvis
(entre el hueso pubis y el coxis).
No ponga tensos ni contraiga los
muslos, las nalgas ni la barriga.

2. Debe contraer los músculos del piso
de la pelvis mientras respira hacia
afuera (exhala); luego continúe respirando normalmente mientras hace
los ejercicios.

3. No olvide relajar el cuerpo antes y después  de losejercicios.

4. Al principio, es mejor hacer los ejercicios estando
acostado/a, de manera que haya poca carga sobre los
músculos. Doble las rodillas o ponga las piernas sobre


una almohada o banco para adoptar una posición
cómoda con las piernas relajadas.







PLACENTACION EN MAMÍFEROS


Concepto de placenta:
 la placenta de los mamíferos domésticos es un órgano
fundamental para la gestación. Se forma por aposición de membranas fetales y tejidos
maternos. Su principal función consiste en regular el intercambio fisiológico entre el feto
y la madre, aunque también actúa como importante órgano endocrino. Los tejidos
placentarios, en especial los de origen fetal, establecen una barrera para evitar la mezcla
de sangres fetal y materna.

De forma esquemática, hay que considerar que la placenta se compone de dos partes:
- Porción materna (mucosa uterina más o menos modificada).
- Porción fetal (corion –corioalantoides o ammniocorion- provisto de vellosidades)



- Tipos de placentas.
Los mamíferos presentan diversos tipos de placentas, que varían según la cantidad y
características de las capas celulares que se interponen entre la sangre de la madre y la del
embrión.
En algunos mamíferos, como el cerdo, el corion del saco embrionario y el epitelio de la
mucosa uterina contactan entre sí, lo que constituye una placenta de contacto (no
decidual). Sin embargo, en la mayor parte de los mamíferos, incluidos los seres humanos,
las porciones fetal (coriónica) y materna (mucosa uterina) de la placenta, crecen
fusionadas, de modo que no se las puede separar sin producir hemorragia. De hecho, el
grado de fusión es tan íntimo, que gran parte de la mucosa uterina se extrae cuando, al
poco tiempo de nacer el feto, las membranas extraembrionarias se expulsan como
secundinas. Este tipo de placenta recibe el nombre de placenta decidual.

- Clasificación morfológica (Strahl).
Se establece en función del modo de distribución de las vellosidades del corion. Esta
distribución no es siempre uniforme, por lo que distinguimos: partes con vellosidades
(corion frondoso o velloso) y partes sin vellosidades (corion liso).



• Placenta difusa (es completa en équidos e incompleta en suidos). Todo o casi
todo el corion se halla provisto de vellosidades, y todo, o casi todo el corion
participa en la unión materno-fetal.

• Placenta múltiple o cotiledonaria: Vellosidades agrupadas en pequeñas zonas
del corion, constituyendo cotiledones. Típica de los rumiantes (bóvidos, óvidos y
cápridos).

• Placenta zonal: Vellosidades coriales distribuidas en una zona, a modo de
cinturón o faja. Propia de los carnívoros (perro y gato).

• Placenta discoidal: Vellosidades agrupadas en un área circular u ovalada. Propia
de primates (mujer), roedores y lagomorfos (conejo).

El término semiplacenta puede ser empleado en aquellas especies donde la mucosa uterina
se conserva casi intacta durante el parto, y por lo tanto, no hay pérdida tisular. Las
vellosidades coriales están unidas a la mucosa por simple contacto, como los dedos a un
guante; y se desprenden en el parto por simple tracción.

El término placenta completa se utiliza cuando durante el parto, la mucosa uterina sufre
una destrucción amplia, al ser la unión vellosidades-útero muy íntima.