miércoles, 1 de octubre de 2014
miércoles, 12 de marzo de 2014
PLACENTACION
La placenta es el único órgano transitorio del
ser humano, ya que nos acompaña solamente los nueve meses del desarrollo
embrionario. Pero durante ese período cumple con la vital función de
interrelacionar al embrión con la madre, y a través de ella, con el medio
ambiente.
El desarrollo de la placenta se lleva a cabo a
partir de componentes fetales y maternos:
Por el lado del feto: el corion, el cual en su
evolución presenta una continuación del desarrollo de las vellosidades en la
región que rodea al cordón umbilical y que da origen al corion velloso; en el
sector de corion más alejado del cordón umbilical, las vellosidades se
atrofiarán y se transforma en el llamado corion calvo, el cual no participa de
la formación de la placenta
Por el lado de la madre: la decidua, la cual
se subdivide en tres regiones: decidua basal, decidua capsular y decidua
parietal. La decidua basal es la región de decidua que queda comprendida entre
miometrio y corion velloso y es la que va a formar parte de la placenta. La
decidua capsular es la región que contacta con corion calvo. La decidua
parietal es la que se encuentra entre miometrio y la luz de la cavidad uterina
y que al crecer el embrión va a fusionarse con la capsular.
Al describir la composición interna de la
placenta no solo debemos conocer que está formada por la suma de corion velloso
y decidua basal; sino que tenemos que comprender que estos dos componentes se
organizan en dos placas:
Placa
coriónica: formada por el amnios, el mesodermo
extraembrionario, el citotrofoblasto y el sinciciotrofoblasto.
Placa
decidual: formada por la decidua basal, la coraza
citotrfoblástica y el sinciciotrofoblasto.
Membrana
placentaria
Es un concepto histofisiológico que no debe
confundirse con placenta. Una cosa es la placenta (órgano macroscópico) y otra
muy distinta es la membrana placentaria, concepto que se refiere a la suma de
tejidos que separa la sangre materna de la fetal y que, en condiciones
normales, mantiene su integridad a lo largo de todo el embarazo.
Los componentes de la membrana placentaria,
ordenados del lado materno al fetal son.
·
El sinciciotrofoblasto
·
El citotrofoblasto
·
El mesodermo extraembrionario
·
El endotelio del capilar fetal
Cabe aclarar que algunos autores mencionan un
quinto componente que es la membrana basal del endotelio del capilar y que se
encuentra entre el mesodermo extraembrionario y el endotelio.
La función de esta membrana placentaria, más
allá de separar ambas circulaciones (materna y fetal) es regular el pasaje de
elementos desde una circulación a la otra, como veremos al hablar de funciones
de la placenta.
La membrana placentaria va sufriendo cambios a
medida que avanza el desarrollo del embrión, ya que éste es cada vez más
grande, y sus necesidades metabólicas van en aumento; esos cambios podrían
resumirse de la siguiente manera:
·
Adelgazamiento del espesor del
sinciciotrofoblasto
·
Aparición de microvellosidades en
la superficie del sinciciotrofoblasto
·
Desaparición del citotrofoblasto
·
Aumento de la vascularización de
las vellosidades
·
Disposición más periférica de los
capilares de las vellosidades
FUNCIONES
DE LA PLACENTA:
Función
de intercambio: bajo este nombre se agrupan en
realidad tres funciones:
Función
nutritiva o digestiva: consiste en el pasaje de
nutrientes desde la sangre materna hacia la sangre fetal
Función
excretora: consiste en el pasaje de desechos
metabólicos desde la sangre fetal hacia la sangre materna
Función
respiratoria: consiste en el intercambio de O2, que
pasa desde la sangre materna hacia la sangre fetal por CO2, que pasa desde la
sangre fetal hacia la sangre materna
Todas estas funciones se llevan a cabo a
través de la membrana placentaria y se realizan por los mecanismos estudiados
en biología celular de pasaje de solutos a través de membranas, esto es:
difusión simple, difusión facilitada y transporte activo (repasar los
principales conceptos asociados a estos temas ya vistos en biología celular).
Función
endocrina: la placenta sintetiza hormonas que, según
su naturaleza química pueden dividirse en proteicas y esteroides.
·
Proteicas:
Gonadotrofina coriónica
humana: actúa sobre el cuerpo lúteo o amarillo, estimulándolo a sintetizar
progesterona. A partir del 2º mes de vida intrauterina. se observa un
progresivo descendo de los niveles de GCH hasta que en el 3º mes, la hormona ha
desaparecido de sangre materna.
Somatomamotrofina coriónica
humana, también llamada Lactógeno placentario: por un lado actúa como una
verdadera hormona de crecimiento fetal, estimulando el normal crecimiento y
desarrollo corporal del embrión; por otra partes, tiene una función secundaria
en la estimulación de la producción de leche, por parte de las glándulas
mamarias maternas (recordar que la principal hormona lactogénica es la
prolactina).
Tirotrofina coriónica humana:
actúa tanto sobre la tiroides fetal como sobre la tiroides materna. Sobre la
fetal, estimula el normal desarrollo de la glándula y sobre la tiroides materna
actúa colaborando con la tirotrofina que sintetiza la hipófisis materna para
regular el funcionamiento de la glándula.
·
Esteroides:
Progesterona: desde el 2º mes de vida i.u.
aproximadamente la placenta comienza a segregar progesterona, por lo que ya no
necesita más del cuerpo lúteo o amarillo (ver más arriba). La principal función
de esta hormona es mantener la irrigación del endometrio (decidua) y evitar su
descamación. Por otra parte, enmascara los receptores de las células
miometrales a la oxitocina, impidiendo de esta manera la aparición de
contracciones.
Estrógenos: actúan sobre el miometrio,
estimulando la proliferación celular (hiperplasia), el aumento de tamaño de las
células (hipertrofia) y el aumento de la vascularización (hiperemia). Además
tiene una función “facilitadora” de la unión de la oxitocina con los receptores
de las células miometrales.
Función
inmunológica: la inmunoglobulina G (Ig G) atraviesa la
membrana placentaria y llega a la sangre fetal, proveniente de la sangre
materna. Como el ser humano nace con su sistema inmune aún inmaduro, esta Ig G
provee al recién nacido de una inmunidad pasiva hasta que se termine de
desarrollar su sistema inmune.
ANEXOS
EMBRIONARIOS
Líquido amniótico: el líquido amniótico que
rodea el cuerpo del feto cumple un papel importante en su desarrollo normal.
Este líquido translúcido rodea y protege al feto y le proporciona fluidos.
Durante el segundo trimestre, el feto es capaz de inhalar el fluido, de modo
tal que entra en sus pulmones, y de tragarlo, promoviendo el desarrollo y el
crecimiento normal de los pulmones y del sistema gastrointestinal. El líquido
amniótico también permite que el feto se mueva, lo que ayuda en el desarrollo
normal de los músculos y de los huesos; protege al feto de las lesiones
externas al amortiguar golpes o movimientos súbitos y mantiene al feto a una
temperatura relativamente constante para el medio ambiente que lo rodea,
protegiéndolo así de la pérdida de calor.
Este líquido cuyo volumen normal está entre
los 600 ml y los 800 ml se encuentra en una constante recirculación a través de
dos mecanismos por los cuales se forma y otros dos por los cuales desaparece de
la cavidad amniótica:
Formación:
·
Filtrado desde los capilares
maternos
·
Emisión de “orina” fetal (que no
es orina propiamente dicha pues no tiene desechos metabólicos)
Desaparición:
·
Reabsorción hacia la sangre
materna
·
Deglución por parte del mismo
embrión
El aumento del volumen normal de líquido
amniótico se denomina polihidramnios y su disminución oligohidramnios.
Si bien ninguna de las dos situaciones son
diagnósticas, los polihidramnios suelen acompañar a malformaciones digestivas y
eventualmente a anencefalias, ya que al no poder deglutir el embrión al
líquido, este se acumula en la cavidad amnió tica (en las anencefalias, la
falta de desarrollo del encéfalo lleva a que no haya centro de la deglución);
por su parte, los oligohidramnios pueden hacernos sospechar (pero, nunca
diagnosticar) malformaciones del sistema urinario, ya que al no poder
“orinarlo” el embrión, disminuye su volumen.
ADECUACIÓN DIETETICA DE MICRONUTRIENTES EN EMBARAZADAS
Autores:
Durán E, Soto D, Labraña AM, Pradenas F.
Lugar
de estudio:
Ciudad de Concepción, Chile.
Año:
2007
Tamaño
de muestra:
241 gestantes que estaban adscritas a 8
centros de salud urbanos de ciudad de Concepción.
Tipo
de estudio:
Estudio descriptivo
Principales
resultados:
El presente estudio abarca a un
gestantes que pertenecen a un estrato socioeconómico bajo, en el cual se
incluyen a embarazadas de bajo peso, normales, con sobrepeso y obesas. Para
luego procedes a describir y analizar la adecuación de los requerimientos de
energía, vitaminas y minerales.
En relación a la
adecuación de los requerimientos de energía, se encontró que las calorías
promedio en la totalidad de la muestra, tanto en las normales, obesas y con
sobrepeso, fueron significativamente menores (p< 0.05) a los requerimientos
(90 – 110% de las calorías requeridas). Además, el aporte calórico global de la
dieta, resulto ser suficiente (90-110%) y más que suficiente (> 110%) en
menos de la mitad de las mujeres.
En cuanto a
vitaminas y minerales, se observó que el mayor déficit se presento en folato,
hierro, potasio, cinc, calcio y vitamina A encontrándose más del 40% de las
mujeres con rangos de adecuación inferiores al 75% de la recomendación.
Como sabemos,
estos nutrientes son trascendentales para el adecuado desarrollo del proceso
del embarazo. El ácido fólico, para la prevención de los defectos de cierre del tubo neural; la demanda de hierro en el embarazo se
incrementan, ya que son requeridos para el desarrollo del feto, la placenta, el
aumento del volumen sanguíneo materno y para cubrir las necesidades basales de
la madre. Además existe un déficit de calcio en las embarazadas de importancia
si consideramos que en las primeras semanas de gestación la absorción
intestinal aumenta alcanzando el máximo en el último trimestre, a través de una
adaptación metabólica y hormonal para evitar la aparición de osteoporosis.
Las vitaminas B1
y B2 presentan mayor suficiencia lo que implica la existencia en la dieta de
fuentes alimentarias adecuadas; así, el solo consumo de pan promedio de las
mujeres en el estudio, cubre gran parte de las recomendaciones.
La vitamina C en
este se estudio muestra que 1 de 3 mujeres presenta valores bajo las
recomendaciones, aunque la mediana resulto cercana a la recomendación, junto
con la vitamina A es la que muestra una mayor variabilidad intraindividual e
interindividual lo que significa que las dietas desde este punto de vista son
bastante heterogéneas con valores muy distantes del promedio.
Por otro lado,
los minerales que se encontraron dentro de los rangos de adecuaciones normales
fueron el potasio, debido a que en las dietas de las gestantes estudiadas
presentan aportes superiores a 75% de la recomendación. Además, los aportes de
fosforo, selenio y sodio se encontraron dentro de los rangos de adecuaciones
normales, prácticamente sin deficiencias. En especial del selenio en el que sus
aportes promedios son significativamente superiores a las recomendaciones.
En conclusión,
las mayores inadecuaciones se presentaron en acido fólico, vitamina A, cinc,
calcio, potasio y hierro aún con una dieta adecuada en calorías.
La relevancia
del presente artículo es la importancia de brindar consejería acerca de nutrientes
críticos en el embarazo tales como ácido fólico, calcio, hierro y cinc, los
cuales deben ser adecuados meses antes de la concepción, lo que hace necesario
considerarlos en programas de salud a la mujer a lo largo de su ciclo de vida.
Bibliografía
Durán F Eliana, Soto A Delia, Labraña T Ana María,
Pradenas P Francisco. Adecuación dietética de micronutrientes en embarazadas.
Rev. chil. nutr. [revista en la Internet]. 2007; 34(4): 321-329.
Disponible en:
http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0717-75182007000400005&lng=es.
doi: 10.4067/S0717-75182007000400005.
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